Los niños descubren cada vez a menor edad el fraude de un gordito vestido de rojo que les trae regalos en Navidad a cambio de un buen comportamiento durante todo el año.
La magia que existía hace unos años cuando el 25 te levantabas a abrir tus regalos está cada vez más expuesta debido al acceso que tienen las nuevas generaciones a la información y los millenials que ya crecen en una era digital descubren pronto este mágico engaño.
Aún recuerdo que en generaciones pasadas creíamos en santa aún después de los 8 años, hoy en día es difícil engañar a los niños y pensándolo bien, a Santa no le quedan muchos años de vida.
El culpable… Internet y la cantidad de información a la que hoy acceden a temprana edad.
¿Cómo evitarlo? La realidad es que es muy difícil, la tecnología nos ha rebasado y muy pronto Santa será totalmente digital, una app que usarán los papás para calificar a sus hijos y decidir si les toca un regalo o un pedazo de carbón.
Triste… si, lo es. El ver a un niño de 8 años emocionado abriendo regalos se verá truncada cuando sus amigos «más adelantados» le rompan la ilusión al decirle la verdad y los papás cada ves se enfrentan a la complicada pregunta sobre si Santa es real o no, demasiado pronto.
No es difícil imaginar que lo que más esperamos en Navidad desaparece con rapidez. Si existiera alguna forma de evitarlo, seguramente no lo haríamos, a nadie le gusta ser engañado, pero este engaño en lo personal era el sentido y la emoción de todos los años, fueron 10 años de increíble sorpresa y descubrir que Santa había llegado a casa y me había traído lo que esperaba.
Hoy los niños solo tienen unos pocos años de vivir esta experiencia, ¿entonces? ¿Qué hará Santa para sobrevivir?
¿Cuánto tiempo más seguiremos con esta emoción?
